martes, 26 de abril de 2011

Recuerdos

Releer este tipo de cosas te hace reirte de lo tonto que se es aveces pero creo que recordar es volver a revivir las experiencias y cada experiencia trae algo bueno... aunque sea mala o buena experiencia... pero solo se viven una vez con la miema intensidad que se hizo en ese momento.

Asi que releer esto me ha hecho que recuerde y piense en lo torpe que se es en lo momento que se vive con intensidad...


"Cada día que pasa sin lograr que me quiera

Es un día perdido…

¡Oh Señor, no permitas por piedad que me muera sin que me haya querido!

Porque entonces, mi espíritu, con su sed no saciada, con su anhelo voraz,

Errara dando tumbos por la noche estrellada,

Como pájaro loco, sin alivio ni paz…"



Ojala… (Editado)



Ojala que esto que siento dentro, fuese como escribir en la arena

que el viento se encarga de borrar y dejarla en el olvido,

pero es como dejar tu nombre en una piedra grabado.

Que fuera como un sueño que desvanece al despertar,

o aun que fuera como un castillo de arena…

que la ola lo derribara.


Ojala fuera una película cursi de amor…

que sin dudar su final seria con el príncipe azul...

que suelen ser tontas y sin argumento verdadero...


Pero hoy estoy aterrada con lo que en mi interior gobierna

porque por mas que trate no lo puedo controlar…

y por cobarde estoy atada a algunos "Ojalas"


Ojala algún día me recupere… de esto que me destruye…

viernes, 15 de abril de 2011

Sueño de Grandezas



Resulta que un buen día un tesalio llevó ante Filipo un caballo. El hombre quería 30 talentos por Bucéfalo, el nombre del caballo. De ahí que los más hábiles jinetes de la corte quisieran trepar en el caballo, domar este fiero y salvaje corcel, y hacerlo suyo.

Nadie pudo hacerlo. El equino parecía empecinado a bajar de su lomo a todo aquél que osara montar en él. Filipo entonces lo rechazó, si no fuera porque Alejandro, que estaba presente, les dijo: “¡Pero, qué bárbaros...! ¿Cómo es que puedan perder este caballo por su timidez e inexperiencia?”

El padre le reprochó su actitud diciéndole de paso: “Como si fueras tú a ser capaz de montar este caballo...”. Alejandro no se amedrentó y apostó el precio del caballo mismo, en caso de no poder apaciguarlo. El rey rió, lo mismo que la corte. La presunción de Alejandro era mucha.

Se acercó al caballo, empuñó las riendas, vuelve la cabeza de éste hacia el Sol, pues había observado que el noble corcel se asustaba hasta con su propia sombra. Luego le acarició, soltó su manto, dio un ágil brinco y montó en el corcel.

Sujetó con fuerza las riendas, paseó por los espacios, y volvió a paso lento y tranquilo con un corcel agradecido. Vuelcan los aplausos, y, dicen los historiadores, que Filipo, al verle, le dice a Alejandro: “Hijo mío, busca otros reinos; Macedonia, el que poseo, es muy pequeño para ti y sé que no podrá satisfacerte...” .


Se dice que teniendo en mente este sueño de grandeza y de formar un solo y vasto imperio, una noche, en los últimos años de su vida, y una vez terminada la conquista de Oriente, Alejandro decidió que se celebrasen en una sola noche diez mil enlaces matrimoniales entre sus soldados y doncellas persas. Esto, buscando la fusión entre las razas.

Casi siempre tratamos de gobernar reinos que no son nuestros, o que no satisfacen la sed y hambre de nuestro corazón pero si nuestros reinos estan mas alla de lo que creemos que podemos. Aveces dejamos que el caballo que nos enfrenta nos gane....
Hay que atreverse a soñar en la grandeza de conquistar nuestro bucefalo.

Mi bucefalo se encuentra en el espejo de cada dia.

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